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Concejo de Onís, Principado de Asturias. Don Andrés murió en Fresno el Viejo, cerca de
Cantalapiedra, el 30 de Julio de 1689, dejando descendencia de varón.
Entre los miembros más destacados de la rama vallisoletana se encuentran el propio Don
Bentura del Concejo de S.M., como ya hemos dicho. Por el testamento, otorgado en nombre suyo
con poder al efecto en Madrid a 27 de junio de 1675, por su viuda Doña Ysabel Coutiño de Onís,
Señora de la villa de Olivares de Duero, Casa y Bosque de la quemada, resultan varias Fundaciones
de obras pías y patronales en Valladolid y en provincia, así como en el Concejo de Onís y en
Pontevedra. La principal es, según los términos del testamento: “una Memoria y casamiento de
huérfanas, de 600 ducados anuales, los cuales se han de distribuir en la dotación de doce
huérfanas, para casarse o ser religiosas. Estas huérfanas deberán ser cuatro del Concejo de Onís,
en Asturias; cuatro, naturales de Pontevedra; y cuatro de la Villa de Olivares de Duero, en
Valladolid.
Hijo de Don Bentura de Onís fue D. Ambrosio de Onís, el cual casó con Doña María
Santiesteban y Valladolid, Sánchez de Bañuelos y Menchaca. Fue Regidor de Valladolid, caballero
de la Orden de Santiago, Tesorero del rey, y en 1680 le fue expedido el título de Marqués de
Olivares de Duero. Gran señor, opulento y generoso, fue admirador de la literatura y de las artes,
protector de artistas y poetas. Fue miembro del tribunal de Cuentas, Alguacil Mayor del Consejo de
la Santa Cruzada y estuvo en posesión de los mayorazgos de Santiesteban y de Bañuelos. Casó
en segundas nupcias con Doña María Teresa de Lugo y Montalvo, en cuya familia había
mayorazgos y fundaciones de monasterios en Alba de Tormes y en Terreros.
Hijo suyo fue Don Diego Bentura de Onís Santisteban y Bañuelos, también Regidor de
Valladolid. Don Diego no tuvo más que una hija llamada Doña Ángel de Onís Santisteban y
Bañuelos, Marquesa de olivares de Duero, que casó con don Gerónimo de contreras, que tampoco
tuvieron más que una hija, que casó a su vez con Don Domingo de Colmenares, Conde de
Polentinos, de cuyo matrimonio tuvieron a don Domingo, Don Pedro Antonio y Doña Brígida de
Colmenares, casada esta con el Conde de Cancelada. Vemos, pues, que la línea agnaticia se
interrumpió en esta rama vallisoletana en Don Diego Bentura de Onís Santisteban y Bañuelos, al
no haber descendencia de varón.
Mientras tanto, los Onises de Cantalapiedra fueron afincándose en la villa castellana,
adquiriendo posesiones tales como Mollorido, extenso despoblado que fue reducido a cultivo,
reconstruido, y denominado nuevamente Carolina de Santa Cristina. En Mollorido sitúa Cervantes
la patria de Diego Cortado, Cortadillo, uno de los dos protagonistas de su novela ejemplar
“Rinconete y Cortadillo”.
Continúa de esta suerte su vida de hidalgos campesinos durante muchos años hasta que,
ya en el siglo XVIII, aparece una figura relevante de la familia, Don José de Onís López González,
que nació en Cantalapiedra el 11 de mayo de 1726. Estudió Humanidades y Leyes en la